Los procesos de aprendizaje son las actividades que realizan los estudiantes para conseguir el logro de los objetivos educativos que pretenden. Constituyen una actividad individual, aunque se desarrolla en un contexto social y cultural, que se produce a través de un proceso de interiorización en el que cada estudiante concilia los nuevos conocimientos a sus estructuras cognitivas previas. La construcción del conocimiento tiene pues dos vertientes: una vertiente personal y otra social.
En general, para que se puedan realizar aprendizajes son necesarios tres factores básicos:
- Inteligencia y otras capacidades, y conocimientos previos (poder aprender): para aprender nuevas cosas hay que estar en condiciones de hacerlo, se debe disponer de las capacidades cognitivas necesarias para ello (atención, proceso...) y de los conocimientos previos imprescindibles para construir sobre ellos los nuevos aprendizajes
- Experiencia (saber aprender): los nuevos aprendizajes se van construyendo a partir de los aprendizajes anteriores y requieren ciertos hábitos y la utilización de determinadas técnicas de estudio:
- instrumentales básicas: observación, lectura, escritura...
- repetitivas (memorizando): copiar, recitar, adquisición de habilidades de procedimiento…
- de comprensión: vocabulario, estructuras sintácticas...
- elaborativas (relacionando la nueva información con la anterior): subrayar, completar frases, resumir, esquematizar, elaborar diagramas y mapas conceptuales, seleccionar, organizar…
- exploratorias: explorar, experimentar...
- de aplicación de conocimientos a nuevas situaciones, creación
- regulativas (metacognición): analizando y reflexionando sobre los propios procesos cognitivos
- Motivación (querer aprender): para que una persona realice un determinado aprendizaje es necesario que movilice y dirija en una dirección determinada energía para que las neuronas realicen nuevas conexiones entre ellas. La motivación dependerá de múltiples factores personales (personalidad, fuerza de voluntad...), familiares, sociales y del contexto en el que se realiza el estudio (métodos de enseñanza, profesorado...)
El aprendizaje de cualquier conocimiento, habilidad, valor o actitud en los momentos de desarrollo de la humanidad se hace complejo y dinámico. Los grandes flujos de información a procesar y la capacidad para discernir, sobre la utilidad y funcionalidad de estos, en cada contexto de desempeño profesional, son dos grandes retos que exigen romper las cadenas de un aprendizaje mecánico a la incorporación de uno con mayor flexibilidad, donde el sujeto pueda integrar al mismo tiempo conocimientos y procedimientos de forma contextual.
Constituyen aspectos esenciales de un aprendizaje activo y reflexivo la capacidad de análisis y de orientación de los alumnos en cada contexto de actuación, así como los procedimientos de regulación (acciones de control y valoración) que poseen como recursos que contribuyen a elevar la calidad de su desempeño.
Cuando los aspectos anteriormente señalados adquieren un desarrollo de acuerdo con las exigencias de cada nivel formativo en los alumnos, la calidad del aprendizaje de los saberes que caracterizan las competencias, se convierten en un reflejo del mejoramiento personal.
El aprendizaje y el desarrollo de competencias debe propiciarse en una integración y movilidad entre el sector educacional y el laboral, conformándose en la misma medida que trascurre la actividad y la comunicación, donde se construye la experiencia personal a través de la combinación entre la educación formal, el aprendizaje en el trabajo, y en menor grado, los aspectos de educación no formal.
Las competencias implican un tipo de aprendizaje que requiere de esquemas de desempeño que se sustenten en mecanismos de actuación flexibles e integrales con sentido personal y profesional. El aprendizaje y las competencias debe ser lo más significativo y funcional posible en el contexto de aplicación de este enfoque de formación.
El aprendizaje y el desarrollo de las competencias, según Vargas, este autor problematiza el tema a partir de la nueva exigencia educativa: desarrollar competencias y hacerlo a partir de aprendizajes significativos y situados en la realidad.
En general, para que se puedan realizar aprendizajes son necesarios tres factores básicos:
- Inteligencia y otras capacidades, y conocimientos previos (poder aprender): para aprender nuevas cosas hay que estar en condiciones de hacerlo, se debe disponer de las capacidades cognitivas necesarias para ello (atención, proceso...) y de los conocimientos previos imprescindibles para construir sobre ellos los nuevos aprendizajes
- Experiencia (saber aprender): los nuevos aprendizajes se van construyendo a partir de los aprendizajes anteriores y requieren ciertos hábitos y la utilización de determinadas técnicas de estudio:
- instrumentales básicas: observación, lectura, escritura...
- repetitivas (memorizando): copiar, recitar, adquisición de habilidades de procedimiento…
- de comprensión: vocabulario, estructuras sintácticas...
- elaborativas (relacionando la nueva información con la anterior): subrayar, completar frases, resumir, esquematizar, elaborar diagramas y mapas conceptuales, seleccionar, organizar…
- exploratorias: explorar, experimentar...
- de aplicación de conocimientos a nuevas situaciones, creación
- regulativas (metacognición): analizando y reflexionando sobre los propios procesos cognitivos
- Motivación (querer aprender): para que una persona realice un determinado aprendizaje es necesario que movilice y dirija en una dirección determinada energía para que las neuronas realicen nuevas conexiones entre ellas. La motivación dependerá de múltiples factores personales (personalidad, fuerza de voluntad...), familiares, sociales y del contexto en el que se realiza el estudio (métodos de enseñanza, profesorado...)
El aprendizaje de cualquier conocimiento, habilidad, valor o actitud en los momentos de desarrollo de la humanidad se hace complejo y dinámico. Los grandes flujos de información a procesar y la capacidad para discernir, sobre la utilidad y funcionalidad de estos, en cada contexto de desempeño profesional, son dos grandes retos que exigen romper las cadenas de un aprendizaje mecánico a la incorporación de uno con mayor flexibilidad, donde el sujeto pueda integrar al mismo tiempo conocimientos y procedimientos de forma contextual.
Constituyen aspectos esenciales de un aprendizaje activo y reflexivo la capacidad de análisis y de orientación de los alumnos en cada contexto de actuación, así como los procedimientos de regulación (acciones de control y valoración) que poseen como recursos que contribuyen a elevar la calidad de su desempeño.
Cuando los aspectos anteriormente señalados adquieren un desarrollo de acuerdo con las exigencias de cada nivel formativo en los alumnos, la calidad del aprendizaje de los saberes que caracterizan las competencias, se convierten en un reflejo del mejoramiento personal.
El aprendizaje y el desarrollo de competencias debe propiciarse en una integración y movilidad entre el sector educacional y el laboral, conformándose en la misma medida que trascurre la actividad y la comunicación, donde se construye la experiencia personal a través de la combinación entre la educación formal, el aprendizaje en el trabajo, y en menor grado, los aspectos de educación no formal.
Las competencias implican un tipo de aprendizaje que requiere de esquemas de desempeño que se sustenten en mecanismos de actuación flexibles e integrales con sentido personal y profesional. El aprendizaje y las competencias debe ser lo más significativo y funcional posible en el contexto de aplicación de este enfoque de formación.
El aprendizaje y el desarrollo de las competencias, según Vargas, este autor problematiza el tema a partir de la nueva exigencia educativa: desarrollar competencias y hacerlo a partir de aprendizajes significativos y situados en la realidad.